Ya puedes ver el vídeo del conversatorio Ángel Ramos y la historia de las comunicaciones en Puerto Rico: un diálogo con Damaris Suárez, Eduardo Lamadrid y Mario Roche Morales. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El conversatorio fue la primera actividad educativa celebrada por la ASPPRO durante la Semana de la Prensa 2022. Foto / Javier del Valle La pregunta era ambiciosa e invitaba a vaticinar cómo Ángel Ramos se acercaría hoy a las nuevas necesidades de información y contenido de los puertorriqueños de todas las edades, especialmente de las nuevas generaciones. Para encontrar respuestas es requisito conocer la trayectoria de quien fuera dueño a mediados del siglo pasado de la estación WKAQ Radio, del canal de televisión Telemundo y del periódico El Mundo. Y justo eso se realizó en el conversatorio Ángel Ramos y la historia de las comunicaciones en Puerto Rico, que en conjunto presentaron la Fundación Ángel Ramos y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO). Damaris Suárez, presidenta de la ASPPRO y una de las mujeres con trayectoria más diversa en la radio nacional; Mario Roche Morales, académico, actor y autor del más reciente libro acerca de la historia de la radio en Puerto Rico, titulado Un país que se escucha; y el comunicador y profesor Eduardo Lamadrid, autor de la única tesis académica y universitaria dedicada a la figura de Ángel Ramos, fueron los panelistas del evento que tuvo a la periodista Ana Teresa Toro como moderadora. Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos. Foto / Javier del Valle La sala que alberga la exhibición Esta es mi radio… cien años de historia en Puerto Rico en el Cuartel de Ballajá, situado en el Viejo San Juan, fue la anfitriona ideal del evento que se celebró ante casa llena y que también contó con el apoyo del cineasta Luis Molina, de los organizadores de la exhibición y de la estación radial, Radio Isla, que lo transmitió en vivo. “Ángel Ramos creía en esta isla, pero no era insularista”, dijo Lamadrid sobre Ramos, quien creó el primer conglomerado mediático en el país, antes de que se acuñara el término. “Ángel Ramos nace en Manatí el 30 de enero de 1902, hace 120 años… Cuando se muda al Viejo San Juan y comienza a trabajar en el periódico El Mundo, recién inaugurado entonces, trabaja en distintos ámbitos. Se destaca como compaginador y corrector de pruebas, como reportero, traductor, gerente de anuncios clasificados y comerciales, editor, gerente de circulación, gerente general y administrador del rotativo. Todo esto en apenas cuatro años”, destacó Lamadrid toda vez que celebró la conciencia que tuvo Ramos al adquirir el periódico junto al periodista José Coll Vidal, pues para él “era muy importante que el periódico quedara en manos puertorriqueñas”. Partiparon del conversatorio: Ana Teresa Toro, moderadora, y los panelistas Eduardo Lamadrid, Damaris Suárez y Mario Roche. Foto / Javier del Valle “Él creía en el poder de la palabra y en el valor de una prensa libre, por eso además impulsó la carrera de muchos jóvenes periodistas que fueron a estudiar becados por él a la Universidad de Columbia”, añadió Lamadrid. Damaris Suárez, periodista radial activa, coincide en la importancia de la formación de nuevas generaciones en el campo de las comunicaciones. “Hoy día hemos perdido la televisión, por ejemplo, los dueños no son puertorriqueños y lo que vemos allí no refleja la realidad de nuestro país. No hay referentes como los hubo antes, se prefiere lo enlatado. Mientras que, en la radio, aún hay mayor presencia y si queda alguna duda, cuando pasó el huracán María y todo se cayó, la radio fue la única que se mantuvo allí”, aseguró. Por ello la periodista no dudó en subrayar que la radio sigue “tan o más vigente” que antes. LA ERA DEL PODCAST Eduardo Lamadrid, Damaris Suárez, Laura López, Ana Teresa Toro, Luis Molina Casanova y Mario Roche. Foto / Javier del Valle ¿Se interesaría Ángel Ramos hoy en los podcasts? Roche lanzó la pregunta tras mencionar el crecimiento de estos como medios de comunicación. “No deja de impresionarme lo adelantado que estaba”, señaló Roche. “Fue un visionario que tuvo muy claro desde el principio lo que ya hoy tenemos asumido con mucha naturalidad: la digitalidad, el multimedia, la convergencia mediática, la posibilidad de contar una historia, de ofrecer información que le sea de utilidad al público, a través de distintos vehículos, pero siempre con esa convicción y sentido de la responsabilidad social”, destacó. Otra huella de Ramos se detecta en la filantropía. La directora de FAR, Laura López, sostuvo que “don Ángel Ramos fallece a destiempo en el 1960 a los 58 años, pero su viuda, Tina Hills, ha logrado mantener su legado a través de la Fundación Ángel Ramos que, mediante la inversión filantrópica, impulsa la movilidad social a través de la inversión en organizaciones que sirven al país en las áreas de educación, arte y cultura, así como de bienestar social”. “Ese capital nativo que Ramos logró gestar, décadas después de su fallecimiento continúa sirviéndole al país, transformado vidas y abriendo caminos para miles de puertorriqueños. Su historia nos inspira todos los días y por eso hemos querido aportar a que más personas le conozcan y se inspiren por todo aquello extraordinario que los puertorriqueños somos capaces de hacer”, aportó López. No te pierdas el conversatorio en nuestro canal de YouTube, FAR PR. Fotos y vídeo / Javier del Valle
La Fundación Ángel Ramos y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico celebrarán un conversatorio sobre los aportes de este pionero de las comunicaciones, como parte de los eventos educativos de la Semana de la Prensa. Por Oenegé En el marco del centenario de la radio puertorriqueña y en ocasión de la Semana de la Prensa este próximo domingo, 31 de julio, Día del Periodista, la Fundación Ángel Ramos y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico presentan el conversatorio Ángel Ramos y la historia de las comunicaciones en Puerto Rico: un diálogo con Damaris Suárez, Eduardo Lamadrid y Mario Roche Morales, moderado por la periodista y escritora Ana Teresa Toro. El evento será a las 2:00 p.m. en la sede de la exhibición Esta es mi radio… 100 años de historia de la radio en Puerto Rico, ubicada en el tercer piso del Cuartel de Ballajá, en el Viejo San Juan. La entrada es libre de costo. “En tiempos difíciles es importante repasar la historia y explorar el pasado, pues es una manera de arrojar luz al presente. Nuestro Puerto Rico necesita conocer y reconocer a aquellos puertorriqueños y puertorriqueñas que transformaron nuestro país, que fueron líderes y emprendedores y cuya visión marcó nuestra historia. Una de esas figuras fue el pionero de las comunicaciones en Puerto Rico, Ángel Ramos. De ahí la exaltación de su figura cuando se celebran los cien años de la radio, medio que marcó la trayectoria de Ángel Ramos, quien fue un empresario, un filántropo y un ciudadano comprometido con el país”, expresó Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos. Ángel Ramos nació en una familia humilde en Manatí y durante su adolescencia se trasladó a San Juan donde rápidamente comenzó a forjarse un camino propio vendiendo en las calles el periódico El Mundo. Como empresario fue dueño del diario El Mundo, de la emisora radial WKAQ y fundador en el 1954 del canal de televisión, Telemundo. ASISTE DESDE DONDE ESTÉS La periodista y escritora Ana Teresa Toro moderará el conversatorio. Foto / Javier del Valle El conversatorio, una colaboración entre la Fundación Ángel Ramos y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico, abrirá la celebración de los eventos educativos de la Semana de la Prensa 2022 y se transmitirá a través de Radio Isla 1320 y vía Facebook Live en la página de la Fundación Ángel Ramos, así como de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico.
Proyectos de sustentabilidad agrícola, alimentaria y en la construcción sientan la pauta de esta organización. Conoce sus tareas. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Rebeka Sánchez Cruz, directora del Programa de Agricultura. Foto / Javier del Valle Como los diligentes trabajadores de la tierra que son, el equipo de la organización Plenitud PR ha desarrollado la paciencia para esperar a que los frutos germinen y por los cambios que buscan propiciar entre la población que sirven en Las Marías. La calma sienta la pauta en las 15 cuerdas que acogen la labor de la organización en el barrio Alto Sano de dicho pueblo. A donde se escape tu mirada, se topará con un exuberante paisaje verde repleto de posibilidades para ojos alertas. “Nuestros tres pilares son el servicio, la sustentabilidad y la comunidad. Nos dedicamos a compartir destrezas en agroecología, agricultura, bioconstrucción y recogido de agua de lluvia, esos son nuestros programas más técnicos. También, tenemos otros más sociales como “Amo a mi Abu” en el que apoyamos a nuestras personas vulnerables envejecientes, y a la niñez y a la juventud en “Crezco en Plenitud”, que es un programa de educación holística y provee oportunidades extracurriculares de agricultura, ecología, cocina natural, salud y bienestar”, explica Paula Paoli Garrido, codirectora junto a Owen Ingley de la organización que nació en el 2008. Estudiantes voluntarios Natalia Hernández Maldonado y Pablo Andrés Figueroa. Foto / Javier del Valle Las Marías no fue su casa inicial. Un grupo de egresados boricuas de la Universidad de Florida, decidió regresar a la isla y poner en práctica sus ideas para vivir en armonía con la naturaleza. Comenzaron su labor en una finca en Morovis que fungió de base para crear jardines urbanos y comunitarios alrededor de Puerto Rico. Las alianzas fueron el cimiento para el crecimiento de Plenitud PR y en el 2011 llegó a Las Marías, donde establecieron la base de su Centro de Sustentabilidad Vivencial. Unos 50 voluntarios conforman la red que permite maximizar el alcance de la Finca Plenitud, la cocina, eventos y proyectos comunitarios, así como la agricultura sustentable. Cultivan ¼ de cuerda de terreno donde entrenan a futuros agricultores. Paula Paoli Garrido, cofundadora de Plenitud PR. Foto / Javier del Valle “El equipo de servicio aquí somos como 30. Esta comunidad es súper rural, aislada y muchos de los recursos no llegan y nosotros llenamos un nicho de educación holística para la niñez, cosas tan sencillas como proveer la seguridad alimentaria en la región; a pesar de que es agrícola y hay monocultivos de café y chinas. Ahora mismo estamos alimentando más de 92 familias con lo que cosechamos y apoyamos agricultores con herramientas. Colaboramos mucho con la Universidad de Puerto Rico ofreciendo internados a los estudiantes y tenemos un impacto directo ayudando a que la comunidad sea más sustentable”, explica Paoli. Se refiere al centro comunitario que gracias al apoyo de varias fundaciones está equipado para manejar emergencias, a la energía solar y al agua de lluvia que utilizan, y a la cocina comunitaria equipada para servir 1,000 plantos de comida al día si fuera necesario. Parte del equipo de trabajo y voluntarios de Plenitud PR. Foto / Javier del Valle “Gracias a las alianzas hemos podido estar preparados para cualquier emergencia”, afirma Paoli. Pablo Andrés Figueroa Rosario estudia en el programa de Horticultura, de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y se unió a Plenitud PR “porque amo la agricultura y es mi propósito de vida”. Allí produce hortalizas frutales y se interesa por el desarrollo de bosques comestibles y frutales. “Desde que comencé mis estudios en el recinto, estudiante del cambio climático, quise ver de qué forma podía impactar la situación. Durante el COVID empecé a sembrar porque sentí que era una de las formas más inmediatas que podía actuar y en ese viaje me interesó cómo podíamos producir alimentos que no impacten negativamente el clima y nuestra salud. En esa investigación llegué a Plenitud. Mi parte favorita del trabajo es ese contacto con la tierra, esa vida en el suelo”, menciona Figueroa y subraya su admiración por “el diseño maestro que existe en la naturaleza”, el cual busca replicar “para que nos beneficie”. AGRICULTURA SÍ, PERO ¿CUÁL? Rebeka Sánchez Cruz, directora del programa de Agricultura, destacó que en la organización favorecen prácticas de permacultura y agroecología. “Son dos escuelas de pensamiento que utilizan el modelo natural como guía para desarrollar nuestras siembras de una manera sustentable. Cuando los participantes de nuestros cursos vienen a la finca por primera vez, muchas veces no han visto cómo crecen muchos cultivos que ellos consumen en su día a día y siempre están bien emocionadas cuando logran cosechar después de tres meses su repollo, su cilantrillo, sus tomates y se los comen en su casa y dicen ‘wao, esto no sabe a nada de lo que yo pruebo cuando compro en el supermercado’”, relata Sánchez. Luego de procesos de mentoría y cursos, múltiples participantes se aventuran con proyectos que van desde los huertos caseros hasta las siembras comerciales. “Se dan cuenta de que no está tan lejano el poder uno sembrar y cosechar cantidades grandes dentro de espacios pequeños y poder alimentar a su núcleo familiar y luego hasta participar en los mercados. Con la comunidad que servimos en Las Marías y en Puerto Rico, nosotros estamos reaprendiendo a comer”, dice Sánchez aludiendo al dominio de productos enlatados y procesados. “¿Qué es eso? ¿Cómo se cocina? ¡Wao, tienes acelgas, no las he visto en años en Puerto Rico!”, son algunos de los comentarios que reciben y evidencian la desconexión de los boricuas con la tierra. “Estamos educándonos en conjunto con ellos para que volvamos a consumir lo que estamos produciendo en la tierra”, afirma Sánchez quien confiesa que se interesó por la agricultura ante la realidad de que en la isla “casi todo se importa”. En Plenitud PR, finca y cocina trabajan de la mano y se vive “una soberanía alimentaria que puede ocurrir en Puerto Rico”. “Queremos que esto se siga regando a través de todo el archipiélago y que podamos tener esa vida saludable, sustentable, en armonía con la naturaleza y en comunidad”, dice Sánchez esperanzada. Infórmate sobre los servicios de la organización en su página https://es.plenitudpr.org o en Facebook, PlenitudPR. Fotos y vídeo: Javier del Valle Plenitud PR y Las Marías 82% de la niñez y la juventud participante vive bajo niveles de pobreza 61% es el nivel de pobreza promedio en la región de Las Marías y pueblos limítrofes 51% de los hogares con menores que sirven, uno o ambos padres están sin empleo. Fuente: Plenitud PR
Sube a escena este fin de semana, “¿Y los pasteles? Ópera jíbara en dos actos”, luego de ganar una subvención de prestigioso programa estadounidense. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Johanny Navarro compuso la ópera durante el 2020. Foto / Suministrada La pregunta es seria, ¿dónde están los pasteles? Y la respuesta la encontrarás en la puesta en escena de “¿Y los pasteles? Ópera jíbara en dos actos”, de la compositora boricua Johanny Navarro, que tras su posposición debido al repunte de contagios por COVID-19 el pasado mes de enero, finalmente subirá a escena este 28 y 30 de julio, a las 8:00 p.m., en la Sala de Drama René Marqués del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en Santurce. Teatro de la Ópera y ProArte Musical unieron esfuerzos para que subiera el telón para la pieza que contará con libreto del primer actor, José Félix Gómez. Voces puertorriqueñas dan vida a la historia y destacan las sopranos Carla Vargas y Zulimar López Hernández, el tenor Jehú Otero Mateo, el barítono Martín Alicea y la mezzosoprano Anamer Castrello. Completan el elenco jóvenes talentos de la escena lírica como Nasha Padilla Ramírez, Camille Robles, Alberto Pérez Morales y José Camuy, bajo la dirección de Yabetza Vivas Irizarry. Egresados y estudiantes del Conservatorio de Música de Puerto Rico, así como integrantes de nuestra Orquesta Sinfónica, conforman la orquesta para la velada y a ella se unen la percusión, el güiro y el bongó. El diseño de escenografía y luces será obra del maestro José “Checo” Cuevas y la dirección escénica estará a cargo de la bailaora y artista multidisciplinaria, Jeanne D’Arc Casas. La joven compositora Johanny Navarro desarrolló la ópera gracias a una subvención del programa Opera Grants for Female Composers de Opera America otorgada en el 2020. Cuando se sometió la versión original, exhortaron a la compositora a que explorara más posibilidades y recomendaron que añadiera el segundo acto. Dado que nuestra música autóctona es la base de este trabajo, espera encontrar los distintivos seises y aguinaldos, pero con una nueva proyección. LA MÚSICA José Camuy integra el elenco. Foto / Suministrada La pieza artística combina dos ingredientes de forma innovadora: ritmos autóctonos con interpretación sinfónica. Navarro logró compartir la propuesta que sonaba muy bien en su cabeza. “Cuando decidimos la temática de la obra y ubicarla en el contexto navideño, yo quería utilizar todas estas melodías de los seises y los aguinaldos, pero interpretadas por instrumentos sinfónicos y en las melodías de los cantantes. De repente ellos están haciendo una línea melódica y es un seis, o inspirada en un seis, y así mismo está en la partitura puesto, ‘seis bombeao’, ‘seis enramada’. Voy utilizando todas estas melodías de la música jibara puertorriqueña para ambientar y darle forma sonora a la ópera. Fue interesante hacer esa combinación que fluye de forma tan orgánica en el contexto de la obra, me parece fascinante”, revela Navarro. “Cuando uno presenta una pieza nueva hay muchos elementos pasando, pero lo importante es que la audiencia pueda adentrarse a ese mundo que José Félix y yo hemos pintado, porque eso es lo que hacemos con la ópera, creamos un mundo aparte e invitamos a la gente a que en esos 90 minutos sean parte de la ópera. Como compositora de ópera mi enfoque es que el público se envuelva, que se lo disfrute”, confiesa la creadora musical. LA TRAMA Camille Robles, joven cantante lírica. Foto / Suministrada Las tradiciones festivas boricuas sientan la pauta en este trabajo. La protagonista de la ópera es Chica, una universitaria recién graduada, que invita a sus amigos a celebrar una tradicional fiesta navideña en el campo. Su madre, Doña Tere, se opone tenazmente porque no hay pasteles y, a su juicio, “sin pasteles no hay Navidad”. Ese no es el único dilema que enfrenta Chica puesto que a la fiesta llegan John, un enamorado que aspira formalizar su relación con ella, y Nando, un empleado del cafetal de los padres de Chica, quien se ocupó de que la joven se enamorara del cultivo del café, floreciendo el amor en el proceso. Por supuesto, los invitados a la fiesta toman bandos entre los dos enamorados. La compositora afirma sentirse “honrada” de trabajar el proyecto “con instituciones importantes y con un elenco puertorriqueño”. Destaca que cuentan con veteranos con experiencia en el entorno operático local, así como con “cantantes que hacen su debut operático con nosotros”. “Tenemos una gama interesante de colores de voz y de visuales. Quiero que el público asista a la obra y me diga qué le pareció, si la ópera y la música autóctona combinan, si el argumento les convenció, si rieron o lloraron”, culmina Navarro. También sería bueno saber si en algún momento aparecen los pasteles en la fiesta. Puedes comprar los boletos en el portal de Ticketera y en la boletería del Centro de Bellas Artes. Fotos / Suministradas
La organización apoya la educación de poblaciones infantiles, juveniles y adultas para que se relacionen saludablemente con la agricultura, al igual que propone nuevos modelos de vivienda. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Ingeniera Laura García, desarrolladora del Programa de Bioconstrucción. Foto / Javier del Valle La petición que la organización Plenitud PR recibió en el 2015 fue inesperada. Un maestro llamó al portón de entrada de su sede localizada en el barrio Alto Sano en Las Marías pidiendo ayuda; quería expandir su salón de clases fuera de las cuatro paredes tradicionales y crear un huerto en el patio de la escuela. Así nació el programa Crezco en Plenitud, con el que la organización ofrece educación holística para la niñez y juventud de la zona. “Vengan a nuestras escuelas, necesitamos ayuda”, cuenta Paula Paoli Garrido, que le dijo el maestro de la escuela Raúl Ibarra de Maricao y, poco después, otra maestra de una escuela en Las Marías. “Ellos tenían muchos niños con problemas de atención y querían tener un ambiente más conducente para que aprendieran. Entre un 20 y un 30% de la niñez que atendemos tienen problemas de diversidad funcional, se les hace difícil aprender en un salón de clases porque no hay recursos, no hay asistente de maestro con ellos y hay una terapeuta ocupacional para todas las escuelas. Ese maestro nos seguía por Facebook y empezamos la alianza”, cuenta Paoli. Paula Paoli Garrido, cofundadora de Plenitud PR. Foto / Javier del Valle De ahí comenzó también la relación con dos escuelas elementales más en Las Marías, en los barrios Consumo y Anones, y con una escuela superior en Añasco. Plenitud PR ayudó en la creación de huertos en los planteles y comenzó a acudir una vez a la semana a brindar lecciones. Prepararon kits de aprendizaje de temas como agricultura, recolección de agua o alimentos saludables. Una vez por semestre, invitan a los estudiantes a la finca donde conocen prácticas de sustentabilidad, les muestran los procesos de agricultura, ayudan en la preparación de alimentos saludables que consumen y hasta reciben clases de bomba en el Centro Comunitario, una cancha abandonada que el municipio autorizó su renovación y uso por parte de la organización. “Queremos exponerlos a la experiencia”, describe Paoli sobre la oportunidad de retomar el control de la agricultura y la calidad de los alimentos que se consumen, “aprenden a cultivar sus alimentos, practican el diseño del huerto hasta germinar la semilla, trasplantarla, cosechar y cocinar con los productos, lo que los lleva a abrir su paladar e incluir más vegetales en su dieta porque ellos lo cultivaron y lo están procesando”. Vistazo al interior de Clementine, una de las áreas de siembra. Foto / Javier del Valle Las lecciones son aprovechadas también por los maestros, quienes una vez al mes reciben talleres de agricultura ecológica, sobre autocuido y salud emocional. “Ellos están con los estudiantes 24/7 y nosotros solo una vez en semana, así que nuestra meta es que los maestros abracen estos principios de educación holística y usen el huerto otros días en sus clases”, señala. Y las lecciones parecen no olvidarse. Paoli cuenta la historia de José, quien comenzó en el programa cuando estaba en segundo grado. “José probó una batida de cúrcuma con guineo y leche dorada, y un veggie burguer. Cuando ya se graduaba de la escuela todavía recordaba lo que comió aquí y lo incorporó en su vida. Empezó a sembrar cúrcuma, su papá sembraba con químicos y él, que aprendía con los manuales de agroecología, lo convenció para que sembrara sin veneno y lo ayudamos a mercadear los productos”, comparte Paoli. Uno de los programas técnicos que ofrecen comenzó el pasado enero y acabó en junio. Quince jóvenes acudieron todos los viernes a Plenitud PR a reforzar destrezas agrícolas que ahora van a replicar en sus comunidades. “Queremos hacer nuevas alianzas para hacer incubadoras y cuando esos participantes estén listos, empezar a apoyarlos en el emprendimiento para que tengan menos dolores de cabeza”, señala. El proyecto de Agua Segura floreció luego del huracán María y permitió la instalación de 40 cisternas en Las Marías, gracias a una subvención de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico. De igual manera, el Banco de Alimentos de Puerto Rico les ha ayudado a darle continuidad a la iniciativa “Amo a mi Abus”, mediante la cual reparten alimentos saludables a adultos mayores solos que les ayuden a mejorar su salud. Ésta comenzó durante la pandemia de COVID-19. “El servicio es uno de los principios que más nos guía a servir a la comunidad y a empoderarla”, afirma Paoli. Igual piensa Natalia Hernández Maldonado, graduada del programa de Agronegocios de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, quien llegó a Plenitud PR para participar del Programa Agroecológico, El Josco Bravo. “Quedé enamorada con el proyecto y decidí voluntariar; la realidad es que no he visto proyecto similar, me encanta trabajar aquí. Lo más bonito es levantarme todos los días y llegar a un espacio donde en comunidad trabajamos con la agricultura. De mis labores favoritas es aportar al material educativo, lo que le llevamos a la población, educarnos sobre la agricultura, sobre formas de cómo comer para llevar una dieta saludable y sana apoyando a lo local, y que lo que hacemos aquí es saludable, es bueno, es fresco”, sostiene Hernández. LAS CASAS La Finca de Plenitud PR también es una escuela de bioconstrucción con la que buscan presentar soluciones a la crisis de vivienda en el país. A lo largo de 10 años, el Programa de Bioconstrucción de Plenitud PR se ha dedicado a instruir sobre el uso de técnicas y materiales ecológicos y resilientes. “A través de nuestro programa hemos llegado a entrenar alrededor de 500 personas en estas oportunidades. Hemos recibido todo tipo de personas, en los últimos años hemos hecho talleres e internados específicamente para arquitectes, ingenieres y profesionales en la industria de la construcción para seguir regando esta semilla de construcción sostenible, resiliente y, sobre todo, económicamente accesible. La técnica principal que utilizamos es el Súper Adobe”, explica Laura García, ingeniera civil y desarrolladora del programa de Bioconstrucción. El Súper Adobe consiste en sacos rellenos de tierra con un poco de cemento. “Esta es una técnica que no solamente es económicamente accesible y fácil de aprender, sino que es sumamente segura y con un impacto ambiental mucho menor que la construcción convencional”, puntualiza García. Con este método aspiran a entrenar a más de 30 personas anualmente, para que puedan construir “sus proyectos y sus hogares de una manera mucho más fácil y sencilla”. Para información sobre los talleres que ofrece Plenitud PR accede su página https://es.plenitudpr.org o encuéntralos en Facebook como, PlenitudPR. Fotos y vídeo: Javier del Valle