Activar y movilizar a la juventud para que se interese por los dilemas de nuestro país ya no es suficiente. Ahora la organización promueve que aprendan sobre abogacía como herramienta de cambio. Por Tatiana Pérez Rivera :: OENEG´E Grupo de asistentes al taller intensivo de abogacía #EnAcción. Suministrada / MPA Ya se motivaron a trabajar por Puerto Rico y ya aprendieron cómo hacerlo. Llegó entonces el momento de ejecutar. A eso invitó el taller intensivo sobre abogacía que la organización Mentes Puertorriqueñas en Acción (MPA) ofreció a una docena de sus exalumnos y aliados en el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, localizado en Santurce. La organización contó con el apoyo de la iniciativa la Comisión de Abogadxs Jóvenes del Colegio. “Vine por una pasión por los derechos humanos y porque quiero dedicar mi futuro profesional a esto”, explica Adianez Vélez Martínez, participante interesada en viabilizar el acceso a la justicia a comunidades empobrecidas en la isla. El director ejecutivo de la organización, Alejandro Silva Díaz, señaló que llevan más de una década insertando jóvenes en proyectos sociales, económicos y ambientales. “Ahora este proyecto busca construir el siguiente eslabón en el desarrollo de la próxima generación de líderes del tercer sector en Puerto Rico. Comenzamos con la capacitación en abogacía como herramienta de cambio por el alto interés de la población en este tema, pero hay otros espacios en los que continuaremos trabajando para elevar la incidencia de la juventud”, agregó Silva. ¡Futuros deponentes! Jóvenes simulan su participación en una vista pública. Suministrada / MPA Los asistentes al taller de capacitación intensiva aprovecharon lecciones impartidas por recursos como Estela Rodríguez, gerente de Movilización y Abogacía Comunitaria del Instituto para el Desarrollo de la Juventud y la licenciada Nayda Bobonis, coordinadora de Política Pública de FURIA. Durante los próximos tres meses, los participantes del taller de abogacía se dedicarán a diseñar y construir proyectos para defender causas relevantes para su generación, cuyo desarrollo profesional ha estado marcado por huracanes, terremotos, inestabilidad política y la pandemia por COVID-19. No resulta extraño que algunos de los temas que les interesan son la economía informal, la participación ciudadana, la violencia de género, el acceso a la educación y a planes médicos de salud comunitaria. “El bootcamp validó que esta generación, desde sus nichos comunitarios y áreas de peritajes, se están enrollando las mangas y están haciendo de su proyecto de vida, un proyecto de país”. “Nosotros hablamos mucho del líder, del joven como agente de cambio sensible, afectivo y consciente. Nuestras iniciativas van dirigidas a la educación, a que se inserten en el trabajo comunitario y nos preguntamos ‘¿qué vamos a hacer con todos estos proyectos e iniciativas que los jóvenes han diseñado?’. De ahí surge el taller intensivo para generar iniciativas de abogacía para que puedan manejar los retos diarios y sistémicos que enfrenten”, sostiene Carolina Mejías Rivera, directora del programa #EnAcción. Estela Reyes, gerente de Movilización y Abogacía Comunitaria del Instituto para el Desarrollo de la Juventud ofrece mentoría. Suministrada / MPA Dicho programa de MPA es un laboratorio de abogacía que ofrece espacio para generar iniciativas y proyectos que solucionen retos sistémicos en Puerto Rico en un periodo de tres meses. La iniciativa acoge a integrantes de la Red de Mentes Puertorriqueñas en Acción que hayan disfrutado de los adiestramientos del programa PARACa o que sean recomendados por la matrícula. “Para ellos el bootcamp de abogacía fue un alivio y un espacio para que junto a sus mentores puedan darles forma a sus proyectos. Los doce participantes generarán sus equipos de trabajo. El bootcamp validó que esta generación, desde sus nichos comunitarios y áreas de peritajes, se están enrollando las mangas y están haciendo de su proyecto de vida, un proyecto de país”, destaca Mejías. Para más información, escríbele a la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. document.getElementById('cloake9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2').innerHTML = ''; var prefix = 'ma' + 'il' + 'to'; var path = 'hr' + 'ef' + '='; var addye9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2 = 'caro' + '@'; addye9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2 = addye9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2 + 'mentesenaccion' + '.' + 'org'; var addy_texte9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2 = 'caro' + '@' + 'mentesenaccion' + '.' + 'org';document.getElementById('cloake9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2').innerHTML += ''+addy_texte9fe9fe9b395a89fe659ce7fb70b3ae2+''; . Fotos / Suministradas
Hace cinco décadas, el Instituto de Terapia y Orientación Familiar mantiene en Caguas su misión de mejorar el entorno de niños, adolescentes y adultos para que sean autosuficientes y felices. ¿Cómo lo hacen? Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El doctor Miguel A. Morales Pabón comenzó a liderar INOTEF en marzo del 2020. Foto / Javier del Valle Mientras revisan álbumes con fotos que capturaron diversas etapas en la historia del Instituto de Terapia y Orientación Familiar (INOTEF), el doctor Miguel A. Morales Pabón y la doctora Rosa Luz Ramírez Longchamps sonríen. Con satisfacción repasan los temas que provocaron el surgimiento de la organización en el 1971 para atender aspectos psicosociales que inciden en la salud de la niñez, desde una variada oferta multidisciplinaria. El trabajo se ha realizado y ahora, 50 años más tarde, es momento de celebrar sus frutos. En INOTEF se privilegia la unidad y la sana convivencia familiar, así como el bienestar integral de la niñez y el desarrollo de su potencial como ser humano autónomo. Se educa, se fomenta y se previene. En el 1971, el pediatra Francisco Ramos Isern fundó INOTEF en Caguas. Foto / Javier del Valle “Son 50 años con un proceso histórico y de evolución desde la conceptualización del Instituto, desde la mirada familiar del 1971, hasta la de hoy día. El doctor Francisco Ramos Isern es el fundador de la organización junto a un grupo de otros 40 cagüeños que se dedicaron a visualizar el apoyo que necesitaban los niños en ese momento, porque él era pediatra. Empiezan a darle servicios a los niños y se percatan de que el servicio debía de ser a la familia porque de qué vale impactar al niño si la familia no esta siendo trabajada con servicios terapéuticos o de intervención”, explica el doctor Morales, director ejecutivo de INOTEF. Primero ofrecían sus servicios psicólogos y consejeros, se amplió luego a patólogos del habla para lograr un acercamiento integral. “En el 1971 era una mirada innovadora porque se pensaba que cada cual tenía su espacio. Han sido cinco décadas en este proceso de evaluación y de ajuste en el servicio que se les brinda a nuestros participantes. Hoy día tenemos servicios de trabajo social clínico, psicológicos y consejeros y está la integración en la comunidad con otros proyectos que tenemos”, añade Morales. Al momento preside la Junta Directiva de la organización la doctora Rosa Luz Ramírez Longchamps. Foto / Javier del Valle En los pasados cinco años, INOTEF ha atendido 4,393 participantes en sus diversos programas que abarcan el fortalecimiento familiar, la participación comunitaria y la formación de profesionales al ser centro de práctica e internado de Trabajo social y Psicología, entre otras áreas. Así es como un participante puede recibir servicios terapéuticos a través de diferentes modalidades, como podría ser arte terapia. INOTEF se fundamenta en valores como el respeto a la dignidad del ser humano, la solidaridad, la comunicación asertiva, la equidad, el trabajo en equipo, la responsabilidad financiera y social y la gestión participativa, entre otras. CICLOS DE CAMBIO Cuando Morales, director ejecutivo, y Ramírez, presidenta de la Junta Directiva, empezaron a ver las fotos y documentos antiguos de la organización, la conversación se dirigió hacia sus diversos ciclos. Tomaron como ejemplo la asamblea celebrada en el 1978 en el Club de Leones de la ciudad criolla, en la que el grupo de especialistas invitados dialogaba sobre el impacto de la violencia en la familia y su diversidad de acercamientos. Viaje al pasado; terapias en los primeros años de INOTEF. Foto / Archivo “En nuestro 50 aniversario que celebramos el 7 de octubre -sin haber visto esto- el tema que nuestro panel está tocando es una mirada más allá de la violencia intrafamiliar, enfocado en tres elementos: vamos a contextualizar qué es eso de violencia, cómo los medios de comunicación y las redes sociales influyen en algún proceso de violencia intrafamiliar y ver qué herramientas tenemos para trabajar con ella. Pero 45 años antes ya aquí se hablaba de esto. Es un momento significativo que la organización todavía visualiza y visibiliza lo que es la violencia y la trabaja con sus participantes, enfocándonos en que tengan calidad de vida y un fortalecimiento social adecuado. Hoy día estamos alineados a la visión de los fundadores”, subraya el director quien comenzó funciones en INOTEF en marzo del 2020, justo la semana en que inició el cierre total en la isla a causa de la pandemia. “A mi me dieron escalofríos”, dice Ramírez. “Ver lo pertinente que es la organización 50 años después. Los otros días yo estaba viendo un programa televisivo que hablaba del número de casos de violencia reportados y es alarmante; nosotros estamos atendiendo la violencia no solamente en la familia sino también en las escuelas porque vamos a ellas. Ese tema es sumamente importante”. “Más que pensar en una clínica tradicional de psicólogos, este es un lugar con un ambiente familiar en el que te damos el espacio que te mereces para poder ventilar y conseguir herramientas para poder trabajar tu situación”. La presidenta de la Junta identifica como otro momento significativo en la trayectoria de INOTEF cuando acogieron estudiantes de práctica para programas a nivel de maestría y doctorado, proceso formativo con el que aportan al país. “Creo que marcó también a esta organización, no solo es importante atender participantes sino preparar a futuros profesionales en al área; ellos se benefician y nosotros nos beneficiamos”, agrega Ramírez. Al momento, cuentan con estudiantes practicantes provenientes de la Universidad Ana G. Méndez, de la Interamericana recinto Metro, Universidad Albizu y la Pontificia Universidad Católica. Pero lo más importante, subrayan ambos entrevistados, es que los participantes se sientan bien servidos. “Más que pensar en una clínica tradicional de psicólogos, este es un lugar con un ambiente familiar en el que te damos el espacio que te mereces para poder ventilar y conseguir herramientas para poder trabajar tu situación. Los participantes tienen esa garantía en nuestra organización”, menciona Morales. “La satisfacción más grande es que en la comunidad de Caguas, pueblos limítrofes y extendidos como Ponce o Mayagüez, los ciudadanos que hemos impactado hayan podido manejar la situación y que estén viviendo una existencia con calidad de vida, que tengan recursos para seguir viviendo. Sabemos que cada día es más complicado, pero la mayor satisfacción es saber que hemos cumplido. Para nosotros un participante no es un número, es una persona que puede ser mi mamá o mi hija, es una persona que viene a buscar ayuda y así la atendemos”, dice sobre participantes que se acercan referidos por otros participantes, organizaciones o tribunales, entre otras vías. INOTEF está ubicado en Plaza San Alfonso 101, avenida Gautier Benítez, esquina Degetau, en Caguas. Para información, llama al 787-746-5756 0 787-743-5702. Fotos y Vídeo: Javier Del Valle
La nueva ley federal cambia la postura del Estado ante los menores que son removidos de sus hogares, ya que ahora prevendrá la separación de las familias. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Primero conozcamos la ley y el nuevo vocabulario que trae consigo. Family First Prevention Services Act o “Family First” es una ley federal dirigida a prevenir la separación de familias que alcanza al Departamento de la Familia (DF). Para lograrlo proveerá servicios informados en trauma en áreas de salud mental, abuso de sustancias, destrezas de crianza en el hogar, así como programas de apoyo y acompañamiento a cuidadores, promoviendo que los menores permanezcan en sus hogares o con familiares, siempre que sea posible. Destaca en su descripción que los servicios ofrecidos son basados en evidencia, lo que es descrito como la integración de las mejores prácticas basadas en investigaciones, el conocimiento de los expertos, la cultura, los valores, las características y opiniones de los participantes. A través de la Administración de Familias y Niños (ADFAN), el DF creó un comité timón que reúne a otras agencias gubernamentales que además serán impactadas por esta ley federal como el Departamento de Salud, de Corrección, de Justicia, de Educación, de Vivienda, la Policía de Puerto Rico y la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción. Para viabilizar una transición adecuada, el DF ha convocado además el conocimiento y el apoyo de organizaciones de base comunitaria y sin fines de lucro como Foster America, Casey Family Programs, The Annie E. Casey Foundation, Universidad Albizu, Instituto Tercera Misión o Alianza para un Puerto Rico sin Drogas, entre otras. “Family first’ está basado en unos cuantos principios que han estado ganando momentum y consenso en los pasados años. El principal es que, en las mejores circunstancias, a los niños les va mejor con sus familias”. La debutante legislación altera por completo el acercamiento del Estado a situaciones de peligro con menores, ya que los recursos gubernamentales están dirigidos a los servicios de bienestar familiar y prevención y no contempla, solo en casos en los que sea estrictamente necesario, la ubicación de menores en hogares de cuidado sustituto. A partir de su implementación, habrá nuevas restricciones en la otorgación de fondos federales que antes estaban destinados a procesos de reubicación y para costear las necesidades de los menores en entornos de cuidado grupal. El cambio en la ley responde a que, hasta ahora, los fondos para atender a menores en riesgo estaban disponibles solo cuando eran removidos de sus hogares. El programa federal de cuidado sustituto ahora autorizará subvenciones para programas en el hogar basados en destrezas de crianza, de apoyo y acompañamiento al cuidador, así como en la prevención y el tratamiento de salud mental y el abuso de sustancias controladas. OCTUBRE ES LA FECHA El 1 de octubre el DF debe tener disponible el plan de implantación de la nueva ley que entrará en vigor ese mismo mes. El apoyo federal para ofrecer los servicios antes mencionados -en vez de remover el menor del hogar- estará disponibles por doce meses. Aunque Family First se aprobó en febrero del 2018, se ofreció una prórroga de dos años a cada jurisdicción para implantar la ley. Puerto Rico solicitó la prórroga en el 2018 y en enero del 2019 constituyó el comité antes mencionado y se comenzaron los trabajos de planificación. La implementación debe ocurrir este octubre que se avecina. Durante el webinar “El rol de la filantropía en la implementación del Family First Act: una oportunidad para fortalecer el ecosistema de servicios integrales para las familias y la juventud en Puerto Rico”, los participantes discutieron distintas vertientes de la nueva ley. Los panelistas fueron: Mary Bissell, de Childfocus; Karina Jiménez Lewis, de Annie E. Casey Foundation; Jorge Cabrera, de Casey Familiy Programs y Marcos Santana Andújar, de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud. Amanda Rivera Flores fungió como moderadora. “Family First está basado en unos cuantos principios que han estado ganando momentum y consenso en los pasados años. El principal es que, en las mejores circunstancias, a los niños les va mejor con sus familias. Y lo que la investigación nos dice es que cuando ese menor tiene el escenario familiar, sus pertenencias, el apoyo tanto familiar como de la comunidad y la consistencia, esa es su mejor oportunidad de prosperar. El cuidado en albergue debe ser la última opción y, si se usa, debe ser por razones terapéuticas y a corto plazo”, explicó Bissell. La especialista reconoció además que “el sistema” está tratando de romper con la antigua creencia “de que los niños deben ser removidos de sus familias”. “Esa visión anticuada no puede tener espacio en el nuevo discurso”, aseguró Bissell, “es una oportunidad increíble y un increíble cambio en política pública federal porque por primera vez está abriendo el título IV-E para proveer fondos fuera de la remoción del menor del hogar”. Un nuevo estilo reclama nuestra acción y atención; quedamos convocados a revisar cómo podemos insertarnos en el cambio que ya toca a la puerta. Te invitamos a conocer más sobre la nueva ley en su portal: https://familiesfirst.pr.gov Fotos / Suministradas
La participante Wilmarie Merced Vázquez comparte sus impresiones sobre el largo camino de desarrollo que ha vivido acompañada de los especialistas de INOTEF. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La cagüeña Wilmarie Merced Vázquez disfruta hace más de una década de los servicios de INOTEF. Foto / Javier del Valle Contar con alguien que te escuche y te oriente correctamente parece sencillo, pero no lo es. Por eso cuando encuentras atención, empatía y cordialidad en una organización, regresas a ella sin pensarlo dos veces. Hace diez años que Wilmarie Merced Vázquez disfruta de los servicios que ofrece el Instituto de Orientación y Terapia Familiar (INOTEF) en Caguas porque se siente “en casa”. “Desde que yo empecé siempre he tenido esa experiencia bonita y las ayudas que uno busca siempre las he encontrado aquí; he estado en otras organizaciones y no me ha gustado nada. Lo que yo he buscado desde el principio es (fortalecer) el manejo tanto mio, como persona, como de mis hijos porque yo soy madre soltera. Cuando empecé, mis gemelos Neyshalie y Gamalier que hoy tienen 24 años, tenían como cuatro o cinco años y aquí me ayudaron a (aprender) cómo atenderlos porque crecí en un hogar no muy bueno y no tenía el ejemplo; aquí busqué eso y lo tuve”, señala Merced. Tenía 18 años cuando tuvo a sus gemelos y la maternidad le resultó difícil puesto que “no tenía un modelo a seguir”. “Aquí me ayudaron a mejorar, a mi y a mis hijos”, señala y comparte el apoyo que recibió para enfrentar problemas escolares de uno de sus hijos que terminaron siendo el resultado del padecimiento de hipoglucemia. “Pude ayudarlo a él y lidiar con las cosas que le estaban pasando”. Merced aprendió a desarrollar sus fortalezas, a reforzar sus áreas débiles y a darle forma a su vida. “Yo no pensaba estudiar, terminé mi cuarto año, con mucho trabajo, y aquí me dieron los ánimos. Hoy en día tengo mi grado universitario de asistente de laboratorio con procesamiento electrónico. Siempre tengo el apoyo y si necesito ayuda de cualquier otra cosa, vivienda o otra cosa, ellos te refieren”. INOTEF también dirige a sus participantes hacia procesos que les permitirán asegurar otros aspectos de su vida. “Te facilitan las cosas para llegar donde ellos, siempre tienen una atención especial para cada participante y se preocupan para que la ayuda (que reciben) sea lo que ellos necesitan”, menciona. Merced ya es madre de tres hijos, la menor es la universitaria Yomaris, y descubrió que es una persona más fuerte de lo que pensaba. “…aquí la situación emocional ha empeorado bastante y más en los adolescentes, se ve que se necesitan estos servicios y que lleguen a otras entidades”. “Si no hubiera venido nunca aquí yo no sé que yo fuera. Nunca he tenido una mala experiencia aquí y te digo, he pasado por otros psicólogos, pero me han ayudado muchísimo y he recomendado a otros; a mi mamá la traje porque si me ayudó a mi, sé que a ella le va a ayudar también. También a un compañerito de mis hijas, pero como participante tú tienes que poner de tu parte, no puedes dejarle todo a los profesionales”, advierte. Ante el escenario que se vive hoy en la isla provocado por dificultades económicas, energéticas, la pandemia por COVID-19 y el saldo de eventos de la naturaleza -como huracanes y terremotos-, la participante enfatiza en que el respaldo emocional es más requerido que nunca. “Sí, se necesita apoyo, aquí la situación emocional ha empeorado bastante y más en los adolescentes, se ve que se necesitan estos servicios y que lleguen a otras entidades. Yo lo veo como que estos sitios se deben conocer más, lo recomendé a una amiga para que la ayuden con esa debilidad, esa falta de motivación”, dice sobre el que considera es el primer problema en la isla. Una de sus hijas ha aprovechado los servicios de INOTEF. “Mi hija ha cambiado un montón y la relación mía y de ella mejoró del cielo a la tierra, mejoró un montón y se lo debo aquí, porque aquí buscan la manera. Cuando pasa una situación familiar y tienen que involucrar a otro familiar, aunque no sea participante del centro, puedes traerlo y hacen terapias familiares que ayudan un montón”, asegura. Como INOTEF está de cumpleaños, Merced le desea “mucho éxito” y “que sigan dándole estos servicios a las personas”. “Y que tengan el apoyo de otras entidades porque lo necesitan para seguir dándole a otros el servicio que me han dado a mí; sé que han apoyado a mucha gente”, comparte su felicitación la participante. Qué siga la fiesta de empatía. Fotos y vídeo: Javier Del Valle
Ya te contamos detalles de la nueva ley federal, pero ¿cómo la viviremos en la isla? Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El cambio es indetenible. Lo hemos vivido como país y, ahora, lo atestiguamos con la implantación de una nueva ley federal del 2018, Family First Prevention Services Act, mejor conocida como “Family First”, que privilegia la permanencia de los menores con sus familias en casos de intervención por parte del Estado, al tiempo que provee recursos para reconstruir sus entornos familiares. Bajo los postulados de Family First, cuando un niño o niña sea removido de su hogar, el gobierno contará con recursos económicos para poder impulsar que se mantenga en su núcleo conocido brindándole apoyo a otros familiares mientras se reconstruye su familia inmediata. Antes de esto, el Estado lo removía y solo recibía fondos para atenderlo si era trasladado a una institución residencial. Algunos fondos, como el IV-E, se trabajan por reembolso. La implementación de esta nueva ley en Puerto Rico ha requerido de cuatro fases y, la última, comienza el 1 de octubre de este año, cuando el Departamento de la Familia debe someter al gobierno federal un plan de prevención sobre cómo atender los desafíos en el ambiente familiar de los menores en riesgo, de modo que puedan mantenerse en ellos. El traslado de menores a instituciones residenciales ya no será una alternativa de referido. En enero del 2020, el senador José A. Vargas Vidot solicitó a la Comisión de Bienestar Social y Asuntos de Familia del Senado investigar la implementación de Family First por parte del Departamento de la Familia y explorar la necesidad de enmendar la Ley 246-2011 estatal o Ley para la seguridad, bienestar y protección de menores, así como la Ley 173-2016, conocida como la Ley para el licenciamiento de establecimientos de cuidado, desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas en Puerto Rico. Ya en la Cámara se cocina la Ley 911, que podría convertirse en una versión criolla que se atempere con las propuestas de Family First, pero aún está en desarrollo. Family First propone un cambio drástico en el acercamiento hacia la ubicación de menores cuya custodia posee el Estado. “El aspecto fiscal no apoyaba que los menores se quedaran con sus familias. En Estados Unidos hay un movimiento que lleva una década abogando por esto, especialmente jóvenes que estuvieron en foster care y tienen un sólido poder de abogacía en el Congreso. Ellos decían ‘yo no quería que me separaran de mis hermanos, que me sacaran de mi escuela’, comenzaron a realizarse estudios sobre el tema y con todo ese bagaje de estudio y presión se empiezan a crear estos proyectos. El gobierno federal entonces dice ‘voy a cortar eso para crear los incentivos correctos’. Ahora los recursos van a estar para la reunificación familiar”, menciona Amanda Rivera, especialista en educación y bienestar infantil. La decisión podría implicar que los menores no estaban bien atendidos en las instituciones residenciales. Marcos Santana Andújar, fundador de la Red por los Derechos de la Niñez, indica que, en Puerto Rico, la experiencia en su mayoría es positiva. “No es fácil, para muchos directores el cambio de paradigma es romper con una idea de algo que construyeron con mucho amor”. “Los menores estaban bien cuidados. Los albergues llevan 120 años aquí y no podría yo decir otra cosa distinta, lo hicieron bien y lo han hecho bien con las herramientas que tenían a la mano al momento. Pero, así como ya no son guarderías ni orfanatos, las necesidades han ido cambiando y hay más investigaciones sobre el tema. En Estados Unidos, fundamentalmente esta es una ley fiscal en la que se saca un dinero de un lado al otro. En Puerto Rico nos da la oportunidad de amarrar el bienestar, hay demasiadas investigaciones que indican que el amor del equipo en un centro no es suficiente, al menor le hace falta un sistema de apoyo y donde mejor está es con la familia”, explica Santana. Los fondos de Family First estarían destinados a potenciar la reparación y el fortalecimiento familiar. “La Red quiere aprovechar para promover una ruptura en el sistema y la estructura como está pensada, para generar un ecosistema de servicios integrados de prevención con base en la comunidad”, añade. Si bien diversos aspectos de la vigente Ley 246 propician que un menor removido permanezca con su familia, nunca ha contado con el espaldarazo económico para que suceda. Con Family First cobrará mayor importancia la Administración Auxiliar de Preservación y Fortalecimiento de la Familia del Departamento de la Familia. EN EL AIRE Family First golpeará con fuerza a las 34 instituciones sin fines de lucro que albergan menores en la isla, las cuales dejarán de recibir referidos por parte del Departamento de la Familia ya que la ley privilegiará el entorno familiar y los hogares de crianza. Contrario a las instituciones, al momento éstos no están regulados por el gobierno estatal. Si el gobierno quisiera mantener la forma actual de manejo de casos en la isla, tendría que dirigir fondos estatales a esta meta. Santana indica que hace dos años se trabaja la transición de las instituciones a Family First con reuniones periódicas tanto con el Departamento de la Familia como con la Red de Derechos de la Niñez. Al menos 10 de ellas han logrado certificarse como Programa de tratamiento residencial calificado. Cabe señalar que poseer dicha certificación no garantiza que reciban menores en el futuro. “No es fácil, para muchos directores el cambio de paradigma es romper con una idea de algo que construyeron con mucho amor. La fecha del 1 de octubre no es mágica, no es que no tendrán niños, es que a partir de ese momento el Departamento de la Familia disminuirá las ubicaciones en sus instituciones. Va a ser algo paulatino”, anticipa Santana. También informa que, con el censo actual en instituciones residenciales, el gobierno asegura contar con suficientes camas para menores en los hogares de crianza. Una vez más, el tercer sector tendrá las manos llenas. Lo que en principio parece un despojo de tareas, puede transformarse en diferentes vías de asistir el proceso de adaptación de los menores y de fortalecimiento tanto de las familias afectadas como de los familiares que se harán cargo de éstos. “No continuarán como instituciones residenciales, pero ellas tienen un conocimiento, unas experiencias y capacidades que pueden reutilizarse. Eso toma tiempo y hay que ver cómo se trabaja con ellas para que se reinventen porque habrá muchas necesidades. Por ejemplo, los hogares de crianza en Puerto Rico están bien subdesarrollados, hay que adiestrarlos y a las familias que quieran traer niños”, recomienda Rivera. La especialista recuerda que el 1 de octubre el Departamento de la Familia debe tener listo un plan sobre qué servicios ofrecerá para evitar que los niños tengan que ser removidos de sus hogares. “Family First solo cubrirá los servicios con familias en las que se haya levantado alguna bandera”, indica y más tarde agrega, “hay un trabajo que se tiene que hacer todavía de estimar cuánto tiempo tomará estabilizar los hogares de crianza y qué recursos van a recibir; están los recursos estándares de IV-E que permite eso. La transición creo que tardará un año o año y medio”, señala sobre el escenario en la isla. También tomará tiempo que el Departamento de la Familia, a todos sus niveles, cuente con el personal suficiente para realizar con agilidad los nuevos procesos y, más que nada, que puedan ser capacitados en Family First. ¿Cómo lo vivirán los menores? “Es otro duelo, es la revictimización de los niños desde el sistema. Ellos no necesariamente entienden este contexto, es un trauma sobre el trauma que han vivido, van a requerir ayuda adicional”, advierte Santana. El desafío ya está aquí y propone cambios de raíz. Veremos la respuesta activa del tercer sector para armonizar sus conocimientos con un futuro desconocido y repleto de oportunidades.