La organización feminista con más de cuatro décadas de labor que procura el acceso a la salud integral, resultó ganadora en la vigésimo cuarta edición del Premio Tina Hills. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El Premio Tina Hills destacó en el 2021 la trayectoria de la organización Taller Salud. Foto / José Pérez Viabilizar el acceso de la mujer a servicios de salud, reducir la violencia en entornos comunitarios y promover el desarrollo económico a través de la educación, la abogacía y el activismo, han sido los objetivos principales de Taller Salud a lo largo de cuatro décadas de labor. La efectividad de la organización feminista y de base comunitaria en esta tarea le han merecido el vigésimo cuarto Premio Tina Hills, que cada año otorga la Fundación Ángel Ramos (FAR). Como premio recibirán $150,000. Finalistas y ganadores comparten su alegría con Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos; Laura López, directora ejecutiva, a la izquierda, y a la extrema derecha, María "Baby" Jaunarena, Diego Suárez Matienzo y Rafael Cortés Dapena, presidente de la Junta de Directores de FAR. Foto / José Pérez Las organizaciones Fundación Alas a la Mujer, Inc., Centro María Mazzarello (Alespi), Inc. y Para la Naturaleza resultaron finalistas en esta edición y recibieron un premio de $20,000 cada una, en el evento celebrado el lunes 15 de noviembre -también señalado como Día de la Filantropía- en el Anfiteatro Argentina Hills del Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez de la Universidad Ana G. Méndez, recinto de Gurabo. “¡Ay que alegría! Estamos bien agradecidas por este reconocimiento. Fui llamada a dirigir esta organización en el 2016 en un momento bien difícil, no sabía si iba a ser la directora que le tocaría cerrar una organización histórica y no me tocó por el respaldo que recibí”, mencionó Tania Rosario, directora ejecutiva de Taller Salud al recibir la distinción. Tras subrayar la labor que realizan las organizaciones finalistas, resaltó que con ellas comparte la fuerza para sobrevivir los días difíciles en la isla. La entrega del premio se realizó en el Anfiteatro Argentina Hills del Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez de la Universidad Ana G. Méndez, recinto de Gurabo, siguiendo todos los protocolos de seguridad contra el COVID-19. Foto / José Pérez “Me sé parte de una estirpe, de una comunidad y de personas que estamos dispuestas a darlo todo por Puerto Rico. Esa es la comunidad a la que pertenezco”, agregó satisfecha. Taller Salud sirve a niños y adolescentes, familias con niños menores de 18 años y adultos mayores. El año pasado contó con 15,213 participantes y una red de 125 voluntarios. El esperado Premio Tina Hills persigue reconocer a una organización sin fines de lucro dedicada al área de arte y cultura, educación o bienestar social, cuya trayectoria y aportación abonan a mejorar la calidad de vida en Puerto Rico. Excelencia en programas y servicios, así como el liderato de la institución ganadora en el Tercer Sector, también son aplaudidos con el premio. “Me sé parte de una estirpe, de una comunidad y de personas que estamos dispuestas a darlo todo por Puerto Rico. Esa es la comunidad a la que pertenezco”. “Para la Fundación Ángel Ramos es un orgullo poder reconocer y ayudar a que el país conozca aún más la labor que realizan organizaciones como Taller Salud, una institución que por más de cuatro décadas ha servido a las mujeres del país, sus entornos y, particularmente, a la comunidad de Loíza, con proyectos de vanguardia y profunda conciencia social que también buscan mitigar la violencia. Su labor consistente, su compromiso y entrega merecen nuestro reconocimiento y agradecimiento. En tiempos de tantas crisis, la entrega de este premio nos recuerda lo grande que es el compromiso del Tercer Sector con todo Puerto Rico”, expresó el CPA Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos. Coralys Colón, estudiante del Centro María Mazzarello, realizó la invocación. Foto / José Pérez Por su parte, Laura López Torres, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos, destacó el hecho de que el Premio Tina Hills “es una distinción que reconoce el trabajo tan diverso que realizan las organizaciones sin fines de lucro por nuestra gente y, a su vez, se propone estimular e incentivar su desarrollo”. También celebró el triunfo de esta entidad en un momento en que “la crisis de violencia de género en Puerto Rico ha llegado niveles alarmantes y la labor de organizaciones como Taller Salud, alumbran la ruta de acción para atender este terrible mal social”. CEREMONIA ESPECIAL La pandemia por COVID-19 impuso una pausa en la entrega del galardón para la edición del 2020. En este año 2021 se retomó la apertura de convocatorias y la evaluación minuciosa de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills. Consideraron 54 formularios de organizaciones candidatas. Tras dar la bienvenida al acto de entrega del Premio Tina Hills 2021, la periodista Ana Teresa Toro, quien fungió como maestra de ceremonias del evento, lo describió como “uno de los reconocimientos a la filantropía en Puerto Rico más importantes y con mayor tradición en nuestro país”. “También es una cita anual en la que podemos hacer una pausa en nuestro día a día para celebrar la creatividad, la fuerza y el compromiso de las organizaciones sin fines de lucro en nuestro país, un sector en el que nunca ha habido crisis de imaginación”, exaltó Toro. Laura López, directora ejecutiva de FAR (segunda desde la izquierda) junto a Laura Cantero, directora ejecutiva de Grupo Guayacán e integrante de la Junta de directores de FAR y algunas integrantes de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills: María "Baby" Jaunarena (extrema izquierda), Annette Montoto y Enid Flores. Foto / José Pérez La actividad contó con la asistencia de representantes de las organizaciones finalistas al premio y fue transmitida en vivo por el canal de YouTube/FAR PR y sus diversas plataformas digitales. La invocación estuvo a cargo de la joven Coralys Colón, participante de Centro María Mazzarello (Alespi), Inc., una de las organizaciones finalistas. Como parte del evento se presentaron vídeos, dirigidos por Juan Carlos Álvarez Lara, que evidenciaron el trabajo de las organizaciones finalistas y, sobre todo, el impacto que su gestión tiene en la vida de las comunidades a las que sirven. La periodista y escritora Ana Teresa Toro fungió como maestra de ceremonias y destacó que en el tercer sector "nunca ha habido crisis de imaginación". Foto / José Pérez También en la actividad se destinó un espacio para celebrar el cumpleaños número 100 de Argentina Hills, quien lideró la Fundación Ángel Ramos por 50 años, y continua activa y en buena salud respaldando la labor. Por su liderato en el sector filantrópico, el premio la honra con su nombre. Para más información sobre el Premio Tina Hills y los esfuerzos programáticos de la Fundación Ángel Ramos, visita www.farpr.org. Si quieres revivir la ceremonia de premiación, haz clic en este enlace. Fotos / José Pérez
Jóvenes del programa Música pa’ Culebra, de la Fundación de Culebra, se presentaron en un evento de recaudación en San Juan. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Las “semillas musicales” de Culebra no hacen más que crecer. Para celebrar el éxito de la “cosecha de músicos” y asegurar la continuidad de su programa Música pa’ Culebra, la Fundación de Culebra celebró el “Concierto de Carnaval”, un evento de recaudación en el que sus grandes estrellas demostraron su talento. Los tonos verde y amarillo de la bandera de la isla municipio subrayaban dónde crecen los artistas que protagonizaron la velada realizada el pasado miércoles, 3 de noviembre en el Club Náutico de San Juan. Los sonidos de barriles, drones y piano confirmaban el talento y el impacto de la música en la vida de los participantes del programa. “¡Los jóvenes de Culebra quieren tocar y nosotros los vamos a apoyar!”, resaltaba la invitación a la actividad que contó con la Música Pa’ Culebra Steel Band, dirigida por el profesor José Fabián Rosa Santos. Y eso hicieron. Primero mostraron un vídeo con entrevistas a las “semillas del programa” -niños que no pudieron asistir al evento- quienes destacaban sus progresos y expectativas musicales. “Soy una semilla musical y ya estoy aprendiendo”, dijo Alexander, de 11 años, quien resaltaba su deseo de ser músico en el futuro, igual que su papá. La jovencita Daphne Padrón interpretó dos piezas al piano y luego el compositor Alberto Carrión acompañó a Camila Cortés, Luis Alexander Rivera y a Olivia Sisser, quien cantó la pieza “Aleluya” de Leonard Cohen. Los barriles anticiparon la llega de los repiques de bomba. Luz Rivera Cantwell, presidenta de Fundación de Culebra, celebró el nuevo Círculo de Bomba establecido en la isla municipio el cual todos los martes atrae culebrenses de todas edades, así como visitantes. Los barriles fueron una donación de la Iglesia Episcopal del municipio. El profesor Rosa, junto a la cantante invitada, Margarita García, y las bailadoras Camila e Isabela, presentaron distintos ritmos de bomba como el yubá, el cuembé y hasta un piquete en sicá que agitó las amplias faldas amarillas y blancas de las jovencitas. Luego mostraron al público el vídeo “Culebra es un paraíso”, en el que niños y jóvenes compartieron hermosos visuales y recomendaciones para proteger la Reserva Marina Canal Luis Peña. La composición musical de igual título estuvo a cargo de Alberto Carrión, quien compartió créditos en la letra con el director musical José Fabián Rosa. Antes de que comenzara la esperada presentación de la Música Pa’ Culebra Steel Band, se destacó el apoyo fundamental del matrimonio de Fajardo compuesto por Laiza García y Edwin Cruz, quienes restauraron los deteriorados drones que pertenecieron al famoso músico Jack Warren y que heredó la banda. Como las demás presentaciones, fueron premiados con aplausos del público. El programa Música pa’ Culebra continuó activo durante la pandemia siguiendo los debidos protocolos de protección contra el COVID-19, y realizaron su acostumbrado campamento de verano con sesiones mañaneras para niños y vespertinas con jóvenes. “Tanto los niños como los jóvenes tenían que continuar”, aseguró la presidenta de la Fundación y aseveró que las presentaciones de la noche son producto de la consistencia en las prácticas veraniegas. “La música es la excusa de tantas cosas que se trabajan aquí; esto no es música nada más, esto son destrezas de vida”, afirmó Luz Rivera Cantwell, presidenta de Fundación de Culebra, sobre las interacciones que genera el programa musical. Fundada en el 1994 por el culebrense Juan J. Romero Sanes, la Fundación de Culebra es una organización sin fines de lucro creada para proteger el ambiente, la cultura, la historia, la comunidad y asegurar la resiliencia de dicha isla municipio. El Museo Histórico de Culebra, dirigido por Sonia Arocho, y Música pa’ Culebra son dos de sus iniciativas principales y ahora agregan el trabajo con doce estudiantes que se formarán como líderes ambientales. Se labora además en la digitalización del acervo fotográfico y documental relacionado a la isla en un proyecto liderado por Sonia Rivera. También se ocupan de la restauración del faro de Culebrita con el apoyo de varios aliados, como Para la Naturaleza. “Me gusta la música porque me siento libre, soy una semilla y estoy creciendo”, dijo complacido uno de los integrantes del programa infantil en el vídeo de presentación. El futuro, sin duda, les pertenece. Fotos y vídeo / Javier del Valle
El legado de la cofundadora de la organización Casa Pueblo, junto a su esposo Alexis Massol, es digno de imitar. Repasamos sus aciertos. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El tiempo mantiene su inexorable marcha, aunque no alcanza algunas cosas que permanecen intactas. Esto sucede con los postulados que Faustina “Tinti” Deyá Díaz implantó en su trabajo como maestra de inglés por más de 30 años, y en Casa Pueblo, organización comunitaria y ambiental que hace más de cuatro décadas fundó junto a su esposo, Alexis Massol, en Adjuntas. Tinti falleció el pasado 19 de agosto, por complicaciones derivadas de enfisema pulmonar. Junto a su esposo Alexis y su hijo Arturo, repasamos algunas de sus prácticas que hoy mantienen vigencia para el tercer sector. Ganadora de una de las distinciones especiales que el Premio Tina Hills ofreció en el 2018, Casa Pueblo ofrece un modelo alternativo no solo de generación de energía solar para la zona, sino además de empresarismo, educación y protección ambiental en áreas bajo su cuidado como el Bosque del Pueblo y el Bosque Olympia. “Para mi Tinti tenía el don de hacer. Primero de pensar, de planificar y luego de hacer, pero a través de la sonrisa, del cariño, del amor. Como es la vida cotidiana, ella lo hacía todo con naturalidad, ella era extraordinaria en eso y su compromiso lo ejercía con mucho amor. La metodología de Tinti no era tanto de exigir, sino que lo hacía con el ejemplo; y la conozco por muchos años”, asegura Alexis quien se casó con ella en el 1964 y procrearon cuatro hijos. Ahora que encontró “el tesoro” que conforman las cartas que intercambiaron durante su noviazgo de cinco años, mientras estudiaban en la Universidad de Puerto Rico -él en Mayagüez y ella en Río Piedras-, Alexis identifica rasgos de Tinti que abonaron al trabajo en Casa Pueblo. “Tenía pensamientos profundos, no era vana, y fue una excelente hija, hermana, esposa, madre, abuela y cumplió con ese rol de la familia. Ella era ejemplar y además algo que la ayudó es que desde jovencita era deportista, jugaba voleibol y cuando se fue para la Iupi allá jugó tenis, softball, voleibol y dos años de voleibol superior. También jugaba ping pong y para poderle ganar yo tenía que sufrir”, recuerda entre risas. Tinti registró la cotidianeidad de Casa Pueblo en diarios que, según se anunció durante el 40 aniversario de la organización en el 2020, la Universidad de Puerto Rico digitalizará. Sus entradas escritas a mano son el mapa de la trayectoria que siguió en su trabajo: quién se ausentó, qué trabajo hizo o cuánto café se vendió en la tienda de Casa Pueblo son algunos de los pormenores que consignaba. “Ese método de Tinti estaba basado en lo natural, en el amor y en el ejemplo. Era bueno porque era agradable, no ponía peros, ni paredes, ni barreras, al contrario, rompía barreras. A veces las personas estaban reacias, negativas, pesimistas, pero Tinti como que les abría el corazón sin estar alabándolas o buscándoles la vuelta. Todo el que venía aquí se iba entusiasmado”, resalta. “En el velorio todo el mundo me decía: ‘Alexis yo quiero ser como Tinti’ y yo digo ‘pues yo quiero ser como Tinti también”. HUELLA PALPABLE Tras varias horas buscando la descripción precisa sobre el modo de trabajar de su madre Tinti, Arturo la encontró. “La dulzura de su firmeza: ésa era su fortaleza”, afirma, “era exigente y amorosa a la vez y nosotros hemos tenido una fortuna grande con ella”. Por suerte no es el único legado. Así resumió Arturo otras prácticas imitables de Tinti: Modelaje continuo- “Era una persona de hacer, la idea siempre iba acompañada de la acción, era su forma de hablar. Para ella el trabajo voluntario y el compromiso se probaban con la acción”. Exigente con la documentación- Llevaba un diario, conservaba documentos en carpetas, contactos de visitantes para luego formar grupos de voluntarios y registro de ventas de café para identificar las épocas de mayor demanda, entre otros datos. “En diferentes instancias había que ir a esos apuntes para, por ejemplo, hacer proyecciones de impacto económico. La venta de café es nuestro sostén económico, con la tienda de artesanía era rigurosa porque era la que tenía la visión para empujar los proyectos económicos”. Presencia constante- Insistía en que “hay que estar”. “Es la cara de Casa Pueblo porque cualquiera que entrara allí la iba a ver trabajando, estaba allí los siete días de la semana. Siempre quiso que la recordáramos haciendo. Hay diferentes maneras de comunicar y la de ella era trabajando. Quizás Casa Pueblo se vea masculina por los Massol, pero en verdad era femenina por el ingrediente que ella le dio, eso no lo despinta nadie”. Consecuente – Su trabajo voluntario era prioritario, “no era cuando se podía, uno sabía que contaba con ella”. “En las discusiones difíciles y en los temas de conflicto, como el gasoducto, le impregnaba el tono amoroso a quienes estaban luchando y participando, tenía ese don y cuando no tenía ese semblante uno sabía que algo estaba mal”. Partidaria de la autosuficiencia- “Somos rigurosos con los recursos económicos, ella nos enseñó la autosuficiencia de la organización para mantener una agenda permanente y en eso fue exitosa. Nosotros decimos que tenemos libertad y voz propia porque impulsamos las ideas que tenemos. Con proyectos especiales hay que buscar otras formas de financiación, pero en la dirección y la operación no dependemos de nadie”. No aceptaba trabajos mal hechos- “En Casa Pueblo era intransigente con la mediocridad, le molestaba tremendamente, especialmente cuando se trataba de esfuerzos voluntarios para desarrollar proyectos”. Pero más que todo lo mencionado, Arturo recuerda que Tinti era “intransigente con la defensa de sus hijos y de Casa Pueblo”. “El que se metiera con sus hijos estaba en problemas”, dice rememorando su cálida protección. Hoy Casa Pueblo sigue su camino, la ruta segura está trazada. Fotos: Suministradas / Casa Pueblo
El espacio cultural :Pública estrena restaurante, Cocina:Pública, y lo lidera la chef Yashira Vélez quien comparte con Oenegé su propuesta gastronómica y su amor por el arte del plateo. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé En Santurce hay un nuevo restaurante, Cocina:Pública, que se integra a los ofrecimientos del espacio cultural :Pública, destinado a difundir la producción creativa en la isla. Y la música que se escucha en su área de cocina delata una cosa, la chef Yashira Vélez está trabajando. “No puedo cocinar sin música”, confiesa la chef caborrojeña, “una vez me tocó una cocina muy buena, que me dio estructura, pero fue un reto para mi porque no había música y yo me inspiro mucho con ella”. Cocina:Pública es descrita como una celebración de la herencia caribeña “a través de colores, texturas y sabores profundos y ricos”. Y más allá del sabor, Vélez percibe los platillos que preparan como una oportunidad de nutrir nuestro organismo de forma apropiada. “Estudié un bachillerato en biología, una maestría en naturopatía y siempre me había gustado la cocina, pero nunca sabía cómo aplicar esa combinación a las personas, no me gustaba estar en una oficina yo soy mas activa. Decía ‘¿cómo puedo combinar esto con algo que verdaderamente me apasione?’. A mi siempre me había gustado la cocina, llevaba 15 años trabajando en la industria de la comida, mi papá era el que cocinaba en casa y tenía restaurante así que de ahí surge el interés”, explica sobre su desarrollo en un campo en el que fue mesera, bartender, ayudante de cocina, líder de cocina, diseñó menús y fue sous chef. Varias experiencias marcaron sus primeros pasos en la cocina profesional. Comenzó trabajando en el proyecto El Departamento de la Comida, donde destaca que la mayoría de los productos utilizados eran “agroecológicos y tenían un fin nutricional”. Esa vivencia laboral le permitió definir una nueva misión. La chef Yashira Vélez revela: "No puedo cocinar sin música". Foto / Jonathan Galindo “En Puerto Rico hay que educar a la gente en cómo comer bien y nutrirse porque comemos súper mal -muchos carbohidratos y mucha carne-, así que quise buscar la manera de llegarles para que se nutran mejor”, sostiene la chef que además tuvo experiencias en Básico Juguería, Verde Mesa, Oriundo y Jungle Bao Bao, restaurantes donde obtuvo el conocimiento que precisaba, especialmente en menú vegetariano y vegano. Comida es vida, pero en la mente de una chef esta premisa se define de maneras distintas a las de los comensales. “Cuando creo una receta, primero me viene a la mente el ingrediente y cómo te puede nutrir, después empiezo a combinarlo con otros en busca del sabor especial. Por ejemplo, el lulo es una fruta de Colombia alta en vitamina C y la uso en el Crudo, un plato de nuestro menú. Yo pensé ‘¿cómo puedo usar esa acidez, que se sienta fresca, pero que también tenga textura y ahí hice este plato que tiene pescado crudo y se cura al momento; es súper fresco, lo picas con un corte al sashimi y lo plateas”, describe la chef. NACE UN RESTAURANTE Durante la cuarentena por COVID-19, cuando Vélez hacía almuerzos porque todo estaba cerrado, surgió la oportunidad de ocupar el espacio gastronómico de :Pública. “Queríamos que el espacio fuera parte de :Pública también, yo pienso que mis platos son una obra de arte porque mi parte favorita es platearlos; todos son coloridos, tienen un propósito, todo se ve bien puesto y delicado. A parte del sabor, la visión también es importante porque es lo primero que te llega. Es una forma de honrar también a las personas que nos traen los productos, que son de Puerto Rico”, menciona la propuesta definida junto a Naíma Rodríguez, directora ejecutiva del espacio de gestión cultural. El menú del nuevo restaurante es descrito como una celebración a nuestra herencia caribeña. Este es el platillo bautizado, Crudo. Foto / Jonathan Galindo “Me honra poder brindar la plataforma de Cocina:Pública a nuevos talentos y que las personas que nos visiten tengan la oportunidad de experimentar nuevos sabores y disfrutar la frescura de los productos locales de forma accesible”, resaltó, de otra parte, Rodríguez sobre el espacio gastronómico que abrió hace más de un mes. Vélez afirma que siempre le han gustado los temas de Ciencia y Salud, “pero esa pasión que yo tengo por la cocina es innata, es algo que estaba en mi”. La chef se cocinó un futuro que le permite unir todos sus intereses y ahora se siente a gusto y motivada. A la niña que fue en Cabo Rojo hoy le diría: “Lo lograste”. “Es que la cocina le dio un giro tremendo a mi vida, nunca pensé que iba a terminar haciendo esto. Por eso le digo a las personas que, si tienen algo innato y lo pueden desarrollar, háganlo, no tengan miedo porque algo bueno siempre sale. Siempre hay que arriesgarse, si no me hubiera arriesgado, hoy no estuviera aquí”, confiesa y añade, “los espero en Cocina:Pública, les va a encantar”. El restaurante está abierto de jueves a sábados de 6:00 p.m. a 11:00 p.m. y los domigos de 11:00 a.m. a 5:00 p.m. Puedes comunicarte a través de Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. document.getElementById('cloak3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9').innerHTML = ''; var prefix = 'ma' + 'il' + 'to'; var path = 'hr' + 'ef' + '='; var addy3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9 = 'publicaespacio' + '@'; addy3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9 = addy3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9 + 'gmail' + '.' + 'com'; var addy_text3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9 = 'publicaespacio' + '@' + 'gmail' + '.' + 'com';document.getElementById('cloak3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9').innerHTML += ''+addy_text3a708e6487d170a96df72c681f8abaf9+''; o enterarte de lo nuevo en Instagram @cocinapublicapr y en @publicaespacio. Fotos / Jonathan Galindo
El centro de rehabilitación, ubicado en Guaynabo, centra su acierto en la rehabilitación de adictos a sustancias controladas en el cambio de hábitos y la espiritualidad. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Félix A. Cabrera Piñeiro, fundador de Centro Renacer. Será mejor que el adicto a sustancias controladas guarde las mentiras para otra ocasión, porque Félix A. Cabrera Piñeiro las conoce todas. “Cuando joven tuve un problema fuerte con las drogas. Pude salir y en el 1967 empecé a trabajar en Nueva York en el Addiction Services Agency. Era la época en que la organización Synanon hizo un impacto increíble con la idea de que un adicto podía ayudar a otro a salir de las drogas”, cuenta Cabrera, fundador en el 1985 del Centro Renacer, un espacio de rehabilitación para varones mayores de 18 años ubicado en una hermosa zona rural de Guaynabo. “Para poder ayudar a un adicto hay que conocer su personalidad. Por su condición de adicción, se convierte en un esclavo de las drogas y en un gran manipulador. El arte de la mentira lo domina a la perfección. Así que puede coger a un psicólogo, a un psiquiatra o a cualquiera de estos profesionales y echárselos en un bolsillo fácilmente, pero no a un adicto”, afirma Cabrera, sanjuanero que se inició con la marihuana a los 13 años y a los 14 años comenzó su “infierno” gracias a la heroína. Con orgullo el fundador del centro repasa el éxito de algunos egresados. Asegura que lleva más de cuatro décadas limpio, lo que le ha permitido desarrollarse en diversas áreas: formó una familia, tuvo negocio propio de barbería para luego entregar su vida al cristianismo, elemento que consideró vital para mantener las drogas a raya en su vida. Cabrera se ordenó como pastor en el 1984 y ha dedicado el resto de su vida al Centro Renacer, en el que libera de las drogas controladas a sus participantes y los acompaña en el proceso de reinserción en la sociedad. Sostenido en la espiritualidad y en la relación con Dios, diseñó un programa de rehabilitación de 18 meses de duración. Se divide en tres etapas: Adaptación, Intensiva y Avanzada. Durante la Adaptación se alteran lo hábitos que deben ser cambiados, sin ningún estímulo, a lo largo de cuatro meses. Ya en la etapa Intensiva, junto al trabajador social y pastor, Pedro Vergel, trabaja un perfil con las fortalezas y debilidades del participante y descubre sus talentos para planificar su plan de vida cuando deje el centro. Centro Renacer ubica en una acogedora zona rural en Guaynabo. La etapa Avanzada expone a los participantes a experiencias educativas o laborales controladas, aún viviendo en el centro, luego de que se diseña un perfil de posibilidades. Chef, mecánico o paramédico son los oficios que suelen preferir. Pero para acceder al programa de rehabilitación, el participante debe entrevistarse con Cabrera quien indaga en los motivos para su llegada al Centro Renacer. “La gran mayoría de las personas vienen bajo el motivo incorrecto, vienen bajo presión de la familia, de la esposa, de la calle o porque cogieron un caso. Nosotros tenemos que guiarlos a que entiendan su problema porque usted no puede cambiar si no conoce su problema. Él tiene que llamar, no puede ser ni la mamá, ni la esposa”, explica el fundador del centro. Por lo general, cuando un participante dice, ‘yo no puedo más, yo quiero salir de esto’ y además lo demuestra, va por el camino correcto. “Entonces hablamos del costo de estar en el programa: tienes que morir y nacer de nuevo, no va a ser fácil, hay días que vas a querer salir corriendo, pero lo puedes lograr. Si está decidido, entra al programa. Si no lo está, lo mandamos a la casa a que lo piense y regrese cuando esté listo para entrar en este tipo de dinámica”, explica. LAS RAZONES Cabrera ha evaluado suficientes casos para identificar patrones que se repiten. “La gran mayoría de las personas con problemas de drogas y alcohol comienza a probar entre los 12 y los 16 años, no importa la clase social. ¿Por qué? Porque estás tratando de adquirir una identidad y te impacta la presión de grupo. Pueden llegar con 49 años y cuando le preguntas a qué edad empezaste, siempre es en esa etapa”, explica y estima que solo un 1% comienza vicios en sus 20’s. Sobre el aspecto espiritual se ancla el tratamiento de rehabilitación. Si se trata de drogas como crack o cocaína, el participante hace el proceso de desintoxicación en el Centro porque se pueden manejar sus síntomas de abstinencia. Si usa la heroína alterada que hace unos diez años circula en la calle, debe completarlo en un lugar especializado. Igual sucede con las adicciones a opioides. Además del aspecto religioso, los pases, las visitas familiares, las oportunidades de trabajo y la administración del dinero que gana el participante en trabajos externos cuando está en su tercera etapa de tratamiento, son parte de la filosofía de rehabilitación del Centro Renacer. También, integraron protocolos contra el COVID-19 que han evitado contagios. Para allegar recursos económicos, la organización ha creado dos compañías: una de empaque de cubiertos plásticos en el 2006 que ya cerró y, desde el 2010, White Spot Maintenance Services, que se ocupa de la limpieza de áreas verdes en complejos residenciales. Además, aspiran a construir apartamentos pequeños para personas que no tienen un lugar a dónde ir cuando acaban su programa de rehabilitación. Si los participantes experimentan recaídas, siempre pueden regresar al Centro. “Creo en la rehabilitación porque yo soy rehabilitado, yo estuve donde tú estás y llevo más de 40 años limpio, si yo pude salir tú también. Esto no es si puedo es si quiero, pero vas a tener que pagar el mismo precio que yo pagué”, comparte un mensaje que ha llevado con fervor en las últimas décadas. Para más información sobre los servicios del Centro Renacer, llama al 787/720-0235. Fotos y vídeo / Javier Del Valle